Arco

Una buena imagen sobre la necesidad del descanso es la del arquero que siempre está armando el arco, esto es, tensando la cuerda para disparar la flecha lo más lejos posible.

Como asegura el refrán, "arco siempre armado, o flojo o quebrado". En efecto, la tensión continua acaba aflojando la cuerda y, llegado el momento de disparar, es muy posible que la flecha no alcance su objetivo.

Se llega así a la aparente paradoja de que conviene hacer un alto en las ocupaciones... precisamente para poder atenderlas con eficacia.