Me contaron de alguien que, preocupado por la pérdida progresiva de memoria, le decía al neurólogo:
-Doctor, es que muchas veces no recuerdo dónde he dejado las llaves...
A lo que el médico respondió:
-No se preocupe por eso; lo grave es cuando uno llega a no saber para qué sirven las llaves...
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